Cómo prevenir la piel seca
La resequedad en la piel no solo es un problema que resulta antiestético, sino que influye en la salud y a largo plazo, si no se resuelve, es muy probable que aparezcan síntomas molestos. Para evitar que la piel se deteriore, debemos estar atentos para tratar y prevenir la resequedad.

¿Qué causa resequedad en la piel?

Algunos signos comunes de la piel seca son: aspereza, irritación, grietas, descamación y picazón. Uno de los principales factores es el clima. En invierno, por ejemplo, la humedad es menor y el frío disminuye la microcirculación de la sangre, afectando así la nutrición de la piel. En verano, la exposición al sol sin protección solar, permite que la radiación ingrese en las capas de la piel, alterando la elastina y el colágeno, proteínas encargadas de mantener la piel con firmeza, elasticidad e hidratada.

Además, el uso de la calefacción o el aire acondicionado producen aire seco que absorbe la humedad de la piel, lo que puede causar resequedad.
Otra causa, muy común, es bañarse con demasiada frecuencia o permanecer mucho tiempo bajo el agua durante el baño. Esto aún afecta más la piel si el agua es muy caliente, porque deteriora la barrera de proteínas y grasas naturales que la protege, generando así la resequedad. Además, el uso de productos como los jabones, detergentes, productos químicos y de higiene, pueden resultar muy agresivos para la piel.

Algo importante a destacar, es la mala alimentación, con bajo aporte de nutrientes y agua que la piel necesita para mantenerse saludable.
El factor hereditario y algunas enfermedades como por ejemplo, la psoriasis, hipotiroidismo o dermatitis, también generan resequedad en la piel.
El paso de los años también justifica la piel seca, por la disminución de la cantidad de glándulas sebáceas y por ende se afecta la capacidad de mantener la piel hidratada.

Consejos para prevenir y combatir la resequedad de la piel

Dos veces al día, como mínimo, debes hidratar tu piel con productos adecuados para ti. Se aconseja buscar fórmulas que tengan componentes del factor natural de hidratación e ingredientes liposomados como urea, ácido láctico y D-Pantenol, también que aporten vitamina E y lípidos similares a los de la estructura propia de la piel, estos pueden ser: pro-ceramidas y ácidos grasos esenciales (Omegas 3, 6 y 9) que lograrán que tu piel luzca suave, tersa e intensamente hidratada.

Recuerda hidratar diariamente la piel de todo tu cuerpo, no solo enfocarte en el rostro. Usa productos corporales nutritivos que mantengan joven y humectadas hasta las zonas más extensas de tu cuerpo, formulados con vitaminas antioxidantes; que además de darle alivio inmediato a la resequedad, limitará la aparición de arrugas y líneas de expresión.

El baño debe ser una vez por día, evitar el agua muy caliente y elegir productos de limpieza libres de jabón (Syndets) que no generan resequedad ni irritan la piel.
Usar protección solar diariamente, hasta cuando estemos dentro de casa, aumentar la humedad del ambiente colocando humificadores y tomar abundante agua.